No busques nada más importante que el dejarte alcanzar por las manos misericordiosas del Cristo que pasa.
Por los caminos del dolor humano siempre se cruza el camino de la compasión de Dios. La fe es este reconocer el amor compasivo que Dios nos tiene, una experiencia que llegará como gracia del Cielo y como reconocimiento y apertura de nuestras heridas.