El 11 de febrero de 1858, y durante seis meses, Bernadette recibió las revelaciones de la Santísima Virgen María en la advocación de la Inmaculada Concepción en la pequeña gruta de Masse-Vieille (hoy llamada Massabielle).
El lugar estaba conformado por una roca que cubría una gruta alargada, de unos ocho metros de ancho. Aquel jueves 11 de febrero se había terminado la leña en la casa y Bernadette se ofreció para ir a recogerla cuesta abajo, a la vera del torrente Gave, con su hermana Toinette y Juana Abadie, a quien llamaban Baloum.
Las tres niñas descendieron hasta Masse-Vieille. Según su relato, Bernadette oyó un fuerte rumor de viento, pero al volverse vio que todo estaba tranquilo y que los árboles no se habían movido. Por segunda vez oyó el mismo rumor, pero entonces en el interior de la gruta vio a una «jovencita» (que en su decimosexta aparición se identificaría como la Inmaculada Concepción.Así narró Bernadette la primera aparición.
El agua del manantial
El manantial de agua encontrado por Bernadette por indicación de la Virgen resultó ser fuente de numerosos hechos extraordinarios. Dicha agua fue analizada por diversos laboratorios independientes, que no encontraron ningún elemento extraño: es agua potable similar a cualquier agua de los Pirineos: si bien posee un alto contenido en sales minerales, no contiene nada fuera de lo ordinario que justifique los milagros que se le atribuyen: la curación de enfermos crónicos, o incluso terminales… De hecho, en Lourdes se puede consultar el archivo de las curaciones. Los estudios son llevados a cabo minuciosamente por «Le Bureau des Constatations Médicales» y «Le Comité Médical International de Lourdes».