Hoy comienza la Novena al Glorioso Patriarca San José

Oración para rezar todos los días de la Novena


san jose

Bienaventurado José,
cuyo poder saber hacer posibles las cosas imposibles,
ven en mi ayuda en estos momentos
de angustia y dificultad.

Toma bajo tu protección
las situaciones tan serias y difíciles
que te encomiendo,
para que tengan una feliz solución
de acuerdo a la voluntad de Dios.

Mi bienamado Padre:
toda mi confianza la deposito en Vos.
Y me abandono como un niño pequeño,
dormido en brazos de su papá.

Que nos se pueda decir
que en vano te he invocado.
Y, ya que tú lo puedes todo,
delante de Jesús y María,
muéstrame que tu bondad
es tan grande como tu poder. Amén.

Qué bella oración para saludar todos los días al señor y padre San José

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« Dios te salve, José, imagen de Dios Padre, Padre del Hijo de Dios, templo del Espíritu Santo, amado de la Santísima Trinidad, fiel coadjutor del Gran Consejo, digno esposo de la Virgen Madre, Padre de todos los fieles, guardián de las vírgenes santas, fiel amigo de la pobreza, modelo de paciencia y mansedumbre, espejo de la humildad y la obediencia.

¡Que tus ojos que han visto lo que han visto sean bendecidos, bendito entre todos los hombres! ¡Bienaventurados los oídos que oyeron lo que has oído! ¡Bienaventurados tus manos que tocaron el Verbo Encarnado! Tus brazos que llevaron a quien todo sostiene, tu pecho donde el Hijo de Dios se reclinó dulcemente! ¡Bendito sea tu corazón inflamado de un amor ardiente!

¡Y bendito sea el Padre que te ha elegido, el Hijo que te ama y el Espíritu Santo que te santifica! ¡Y bendita sea María, tu mujer, que te amó como esposo y como hermano! ¡Bendito sea tu ángel de la guarda! ¡Bienaventurados todos los que alguna vez te bendigan y te amen! »

San Juan Eudes (1601-1680) 

¡Oh alma mía, cuán grande eres! Sólo Dios puede contentarte

eucaristia

 

“No todos los que se acercan (a los sacramentos) son santos, pero los santos serán siempre escogidos entre aquellos que los reciben con frecuencia”.

 

“Hijos míos, todos los seres de la creación tienen necesidad de alimentos para vivir: a este fin, Dios hace crecer los árboles y las plantas; es una mesa muy bien servida a la cual acuden todos los animales a buscar su alimento apropiado. Mas es necesario que el alma también se nutra. ¿Dónde está su alimento?… Hijos míos, cuando Dios quiso dar alimento a nuestra alma para sostenerla en su peregrinación por este mundo, paseó su mirada sobre todas las cosas criadas y no encontró nada digno de su ella. Entonces se concentró en sí mismo y resolvió entregarse…

¡Oh, alma mía, cuán grande eres! Sólo Dios puede contentarte. El alimento del alma es el Cuerpo y la Sangre de Dios. ¡Oh, hermoso alimento! El alma no puede alimentarse sino de Dios. Sólo Dios puede bastarle. Sólo Dios puede llenarla. Fuera de Dios nada hay que pueda saciar su hambre. Necesita absolutamente de Dios… ¡Qué dichosas son las almas puras que se unen a Dios por la comunión! En el Cielo resplandecerán como hermosos diamante porque la imagen de Dios reverberará en ella…. ¡Oh, vida dichosa! Alimentarse de Dios… ¡Oh, hombre, qué grande eres! Nutrido y abrevado con el Cuerpo y la Sangre de un Dios…Id, pues a comulgar, hijos míos”

 

San Juan María Vianney,
del libro El cura de Ars, el atractivo de un alma pura