Soy Madre de todos gracias a la insondable misericordia de Dios

MB_Milosierdzia

“[…] Entonces vi a la Santísima Virgen, indeciblemente bella, que se acercó a mí, del altar a mi reclinatorio y me abrazó y me dijo estas palabras: Soy Madre de todos gracias a la insondable misericordia de Dios. El alma más querida para mí es aquella que cumple fielmente la voluntad de Dios. Me dio a entender que cumplo fielmente todos los deseos de Dios y así he encontrado la gracia ante sus ojos. Sé valiente, no tengas miedo de los obstáculos engañosos, sino que contempla atentamente la Pasión de mi Hijo y de este modo vencerás

Santa Faustina, Diario 449

¿Dónde está la dificultad de la conversión?

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“Así habla el Señor: Vuelve, Israel, al Señor tu Dios, porque tu falta te ha hecho caer. Preparen lo que van a decir y vuelvan al Señor. Díganle: “Borra todas las faltas, acepta lo que hay de bueno, y te ofreceremos el fruto de nuestros labios. Asiria no nos salvará, ya no montaremos a caballo, ni diremos más “¡Dios nuestro!” a la obra de nuestras manos, porque sólo en ti el huérfano encuentra compasión”. Yo los sanaré de su apostasía, los amaré generosamente, porque mi ira se ha apartado de ellos. Seré como rocío para Israel: Él florecerá como el lirio, hundirá sus raíces como el bosque del Líbano; sus retoños se extenderán, su esplendor será como el olivo y su fragancia como la del Líbano. Volverán a sentarse a mi sombra, harán revivir el trigo, florecerán como la viña, y su renombre será como el del vino del Líbano. Efraim, ¿qué tengo que ver aún con los ídolos? Yo le respondo y velo por él. Soy como un ciprés siempre verde, y de mí procede todo tu fruto. ¡Qué el sabio comprenda estas cosas! ¡Qué el hombre inteligente las entienda! Los caminos del Señor son rectos: por ellos caminarán los justos, pero los rebeldes tropezarán en ellos”.

Oseas 14, 2-10

 

Algunas reflexiones….

Todo pecado en el fondo consiste en lo mismo: buscar apoyo y seguridad en lo que no es firme, en lo que se va a quebrar, en lo que no puede permanecer… Entonces, el pecado es una falsa confianza, y convertirse es como volver a poner la confianza en el que es firme, en quien nos asegura la permanencia de su amor eternamente fiel.

¿Dónde está, pues, la dificultad de la conversión?, y está en que el hombre debe  ‘darse cuenta’ de que se ha parado en el lugar equivocado. Y para que esto se dé, uno necesita sentir que fuimos defraudados por esa confianza mal puesta… sentir el desengaño de las falsas seguridades…

No es difícil acercase al Padre amoroso que es Dios, que ama con amor de padre y de madre… “Yo los sanaré de su apostasía, los amaré generosamente, porque mi ira se ha apartado de ellos…”

Lo difícil es reconocer que nuestros cimientos están llenos de fisuras y grietas… Cuando asumimos nuestras limitaciones y miserias, la relación con Dios se hace auténtica, porque Dios  me ama porque soy pequeño, no a pesar de que soy pequeño.

La gracia de la Cuaresma es que nos animemos a reconocer todo aquello que en nuestra vida huele a muerto… para que Dios con su Espíritu nos resucite y nos haga transitar el misterio de su pascua…

No lo olvidemos: mi pequeñez es el gran título para apelar a la misericordia del Padre… Mi debilidad reconocida – que no es lo mismo que consentida – , es el gran triunfo sobre el Corazón de Dios.

Lo más grande que pueda pasarle a uno en la vida es descubrir la palabra “gracia”. Y para eso está también la Cuaresma.

P. Claudio Bert