Padre Eterno, te ofrezco la dolorosa Pasión de Jesús para el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero.
- Por su condena a muerte, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
- Por la cruz que le fue cargada sobre sus espaldas, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
- Por su primera caída, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
- Por las lágrimas de su Madre que vino a su encuentro, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
- Por su angustiosa fatiga por cuya causa se debió obligar a un hombre a ayudarlo, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
- Por la compasión de la mujer que le enjugó el rostro ensangrentado, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
- Por su segunda caída, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
- Por las palabras que Él dirigió a las mujeres que lo compadecían, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
- Por su tercera caída, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
- Por aquella brasa de dolor que presentaba su cuerpo cuando fue despojado de sus vestiduras, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
- Por la horrible transfixión de los clavos que atravesaron sus manos y sus pies, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
- Por el Agua y la Sangre que brotaron de su corazón como fuente de todos los bienes para nosotros, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
- Por la imagen de todos los dolores que ofrecía su Madre cuando lo tenía muerto en sus brazos, a tal punto que aún hoy llamamos a esa escena “La Piedad”, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
- Por la piedra que se cerró sobre su sepulcro, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
P. Don Carlo Vivaldelli